Eduardo Ladislao Holmberg
(Argentina: 1852-1937)
Entre opulentas cenas, vino del Rin y acaloradas discusiones del positivismo decimonónico, se ha producido un hecho insólito: la aparición de Horacio Kalibang, el misterioso hombre que ha perdido la gravedad. Movidos por la intriga, los protagonistas se proponen indagar acerca de aquel sujeto que desafía lo humano con sus posturas y gestos.
Este cuento de siete momentos tiene un lugar especial en la narrativa hispanoamericana porque, según Lola López Martín, es el fiel reflejo de lo que ella llama fantaciencia: «un género que pone en relación elementos simbólicos de la tradición de la literatura fantástica con componentes diversos de la ciencia ficción».1 Apenas trasplantado al suelo americano, el pensamiento positivista anegó las mentes de los intelectuales y aristócratas, estimulando tanto los deseos civilizatorios que imitaban a Francia como el desarrollo de las ciencias y las artes. Argentina no fue un caso aparte y Holmberg lo comprueba, no sólo como hombre de letras cuando también como médico de profesión y encargado un tiempo del Jardín zoológico de Buenos Aires.
Ofrezco, en esta edición, una versión revisada que pone al día la ortografía y la puntuación. Aunque hay giros sintácticos cuestionables, los he entendido como propios de la prosa del autor, por lo que han sido respetados. Espero que el lector pueda apreciar así el aire del español de finales del siglo XIX.
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Lola López Martín, «Radiografía del fantasma: orígenes de la ciencia ficción y el cuento fantástico en Argentina». En Teresa López Pellisa y Fernando Ángel Moreno Serrano [eds.], Ensayos sobre ciencia ficción y literatura fantástica, Asociación Cultural Xatafi/Universidad Carlos III de Madrid, Madrid, 2009, pp. 254. ↩