Blanco y negro y grano
Recién me enteré de que la Olympus cuenta con un modo art para blanco y negro (hasta con filtros de color, incluyendo una versión ortocromática). ¡Mucho grano y gran contraste! Estas son algunas fotos de prueba tal y como salieron de la cámara.



De vuelta a Cuernavaca
Extrañaba algo estos paisajes. Parece que sí es la Ciudad de la eterna primavera.







Caminata fotográfica por el Ceart
Yarian y yo fuimos al Ceart —sí, a mediodía— a tomar algunas fotos, platicar e intercambiar cámaras. Vaya que no hay lugares así en Cuernavaca.








Banca
La Alameda no es precisamente el lugar más bello de esta ciudad, pero podría serlo.

Carrusel
Ya tomé esta foto hace un año; ahora estaba un carrusel.

De vuelta al Jardín japonés
Nunca me cansaré de visitar este lugar, quizá uno de mis espacios favoritos en toda la ciudad










Durango
Una más para Natalia Todavía: presentación de su libro Durango en la Fil Guadalajara de 2024 (¡yey!).


Musa
No le digan a Santy que lo voy a extrañar (lloro).



Adiós, Cuernavaca
Un día antes de partir hacia Guadalajara, al atardecer, todo parece estar en orden.








Michi vecino
Por fin se dejó fotografiar.


Lerdo de Tejada
Esta calle tiene un encanto peculiar. (Esta foto fue una prueba con el TTArtisan 25 mm f/2 —maravilloso por su precio—.)

Formas cotidianas
(Sólo algunas fotos de prueba de cuando recibí el TTArtisan 25 mm f/2)


Mientras espera la ruta…
junto a las gramíneas de la UAEM

Una tarde en el Centro Cultural Pedro López Elías
Excursión a Tepoztlán para visitar esta biblioteca autosustentable (¿será?).







Día de Muertos
Justo había recibido la Olympus E-M10 por correo. Al día siguiente, el Día de Muertos apareció como una buena oportunidad para estrenarla.




Camina a mediodía
Y una vez lo ayudé a ponerse de pie…

Mientras esperan la ruta…
Yo los veo desde las escaleras.

El Soriano
De aquella tarde en que, por casualidad, me enteré de que uno puede pasar por el museo Juan Soriano como si fuera plaza pública.







Escapada a Taxco
La mejor forma de salvarte del domingo de bajón™ es huir de él.















Tarde en La Tallera
Del taller de impresión con tipos móviles.



En la UAEM (II)
Presentación de la Revista de la Universidad con su nuevo director, Jorge Comensal (y otros paseos).






En la UAEM
Antes de una reunión que tenía programada, decidí darme una vuleta por el campus para, al menos, ubicar el edificio al que tenía que asistir. El campus está en la cima del todo y puede verse la mancha urbana de Cuernavaca desde el mirador.




Tardes en Matehuala (II)
No hacía viento en esta ocasión.









Del jardín de la abuela
Plantas, ¿hace falta algo más? (Saludos de Leebit)







Día Internacional de los Museos
Al parecer, el Municipio organiza cada año un rally cultural que consiste en visitar algunos museos de la capital. Digo al parecer porque este fue mi primer año en participar, en compañía de Elenna y Liz. No tuvo pierde, pero sí sudor.











De vuelta al Ceart
Hoy, luego de un año, asistí de nuevo a un círculo de lectura —claro, en el Ceart—. Me sentí ajeno y expectante por partes iguales. Podría decir mucho. Diré que me quedo tranquilo de haber asistido. Me quedo tranquilo de recuperar algo de ánimo al recordar que la literatura puede ser una experiencia que cree comunidad. Me quedo tranquilo de recordar que no es un soliloquio insufrible. Me quedo tranquilo de haber egresado y poder volver a ver gente a la que sí le interesa genuinamente la imaginación humana.







Foto química en el Jardín japonés
Antes de que 2023 terminara, volví al jardín japonés del Tangamanga para disparar mi primer carrete de fotos con una Yashica TL Electro X (1968). Sigo sorprendido de que, a pesar de que tuve que recargar el rollo tres veces —estaba mal cargado de inicio—, lograron salir la mayoría de las exposiciones (25/36). Fue un rollo de prueba más que otra cosa, pero estoy feliz con los resultados —aunque no volvería a comprar Ultramax—.







Estampas de una tarde pasada
Todos los octubres son de mediodías calmos.






Visita al Federico Silva
A finales de septiembre, se inauguró la exposición Federico Silva: un creador combativo. A decir verdad, iba por el catálogo de exposición, pero en esta ocasión regalaron a los asistentes pequeñas réplicas de una escultura famosa de Silva (que también está en el museo): Calavera, de 1986. Fui con Zachariel y nos dieron vino rebajado. Hacía algo de frío otoñal. Estas fotos son de aquel día, aunque, con cámara recién estrenada, editarlas en Lightroom entonces no me hizo feliz y por eso salen ahora.











