Durante el verano del año pasado, se estrenó en Netflix, de forma mundial, la cinta japonesa de animación Palabras que burbujean como un refresco (Saidā no yō ni kotoba ga wakiagaru). Fue dirigida por Ishiguro Kyōhei (1980-presente), quien ya había trabajado en animes populares, como Psycho-Pass (2012-) o Your Lie in April (-2015); y contó con el guion de Dei Satō (1869-presente), quien estuvo involucrado en el equipo de Cowboy Bebop (-1998). Su salida al streaming pasó algo desapercibida, con apenas algunas reseñas y comentarios fríos. Hay que decirlo: no es una película que aspire a las grandes alturas cinematográficas, pero sabe desenvolverse en su ámbito como corresponde. Su estilo de animación, cargado de colores vibrantes, recuerda a otros estrenos de la plataforma, como El gran farsante (2020-). Este aspecto es, sin duda, uno de sus mayores atractivos.

La historia que presenta, acotada a unas pocas semanas de verano, es bastante sencilla. En la web de Netflix, las líneas que se le dedican son: «Un muchacho tímido que se expresa con haikus y una joven alegre, pero insegura, pasan juntos un mágico verano tras conocerse en un día lleno de sol». Ese joven es Yui «Cherry», quien tiene como pasatiempo escribir poemas. La joven, Yuki, es una influencer conocida como «Smile». Ambos personajes se conocen en el centro comercial de su ciudad y pronto descubren que están conectados por la inseguridad con la que se desenvuelven haciendo lo que más les gusta. Nadie lee los poemas de Cherry, quien en el fondo no quiere su difusión, y Smile ya no sonríe, pues teme que se burlen de ella por sus dientes de conejo. Ambos se ocultan: Cherry en sus auriculares, Smile en su cubrebocas.

Hasta este punto, la película bosqueja una historia ya conocida de «amor de verano» en la que los protagonistas tendrán que separarse luego haber coincidido con una viva intensidad. Lo que hace distinta a esta animación de apenas 87 minutos es cómo inserta un asunto que poco tiene que ver con el amor juvenil: los haiku o haikús. Este es el apartado que me gustaría focalizar por el momento.

Imagen de la película Palabras que burbujean como un refresco. Muestra un edificio de un condominio. Una de las paredes tiene un grafitti de un haiku

Qué es un haiku

Una definición muy descuidada de esta forma poética (propia de Japón y popularizada internacionalmente luego del siglo xix) dicta que se trata de «breves poemas de tres versos, ordenados en un patrón silábico de 5-7-5 unidades». Esto, igual que una definición del soneto castellano, no dice nada.

Sin embargo, aventurarse a una mejor definición es una tarea complicada, ya que el contenido de los haiku —⁠que es realmente lo importante⁠— es todavía un tema de controversia, especialmente en este lado del mundo, cuyo estudio ha generado visiones dispares. Alberto Silva e Itō Masateru, traductores, resumen lo distintivo de este modelo poético en los siguientes puntos:

  1. Economía verbal. El haiku es una composición que, con sólo 17 sílabas, logra una «elocuencia demoledora».
  2. Indefinición. Según ellos, el haiku se expresa con una ambigüedad buscada que no revela ni género ni número (así porque la lengua japonesa no cuenta con marcas para esos dos valores).
  3. El valor de lo no dicho. El haiku omite parte de la «explicación» de sí mismo para invitar al lector «a completar el texto según su personal comprensión».
  4. La multiplicidad de significados. El japonés, lleno de palabras que comparten forma o sonido, permite que sentidos distintos de un mismo término se reúnan al mismo tiempo. Es un «entrañable fuego de artificio» semántico.1

En la cinta vemos a Cherry como un aprendiz de esta tradición poética. Junto con su celular, siempre carga un diccionario de kigo para poder dar forma —⁠encender una mecha⁠— a sus fugaces visiones. Kigo es el término japonés para aquellas palabras que denotan cierto momento dentro de las estaciones del año, y que permiten, desde un imaginario colectivo, extraer más información sobre lo que se dice. Según Fernando Rodríguez Izquierdo, se trata de mostrar una «sensación concreta de la naturaleza, cristalizada en torno a una estación del año».2 Este elemento es fundamental en una noción clásica del haiku.

Imagen de la película Palabras que burbujean como un refresco. Muestra un edificio de un condominio. Una de las paredes tiene un grafitti de un haiku. La imagen representa el atardecer

Un ejemplo famoso, que servirá de síntesis, lo tiene Matsuo Ba­shō (1644-1694) en su cuaderno de viaje Sendas hacia Oku. Allí, a punto de partir hacia un viaje que espera, pero que sabe que será adverso, menciona: «En la encrucijada de esta existencia irreal, lloré lágrimas de adiós». Y presenta el siguiente haiku:

行く春や鳥啼き魚の目は泪
yuku haru ya / torinaki uo no / me wa namida

Se va la primavera,
lamentos de pájaros,
lágrimas en los ojos de los peces.

Silva e Itō, op. cit., p. 109.

Las 17 sílabas cierran un círculo: la primavera se acaba y con ella todo un paisaje. El viajero que está por partir no deja sólo su hogar, sino el tiempo mismo, que lloran los pájaros y los peces. ¿Cómo de grande debe de ser el lamento para que sea posible percibir llorar a los peces, ya inmersos en agua? Esta imagen se acerca a la de Lorca cuando escribió: «por tu amor me duele el aire»; o a la de Sor Juana y sus peces que, por ser de noche, «mudos eran dos veces» (por no hablar y por dormidos, y en el ejemplo de M. Ba­shō, doblemente húmedos).

Dicho todo esto como introducción, es momento de adentrarse a los haiku que la película nos muestra. Aunque Smile también es protagonista de la cinta, es Cherry quien ordena, a través de su afición al haiku, la manera en que los eventos son percibidos: su escritura comunica lo que él, con su voz aplastada por su timidez, no puede hacer. Inclusive, otros personajes llegan a contagiarse de ese interés por la autorreflexión, por el entendimiento de lo sensible a través del haiku.

Así, por ejemplo, en la primera parte de la película, es el Sr. Fujiyama (un anciano vecino que busca un misterioso vinil perdido) quien recita, casi gritando, un haiku para que Cherry adivine su autor: Yukihiko Settsu (1947-1996).

感情や少年海より上がりけり
kanjō ya / shōnen umi yori / agarikeri

Como tu emoción,
comienza a aflorar,
joven náufrago.

Estos textos, en distintos momentos de la trama, funcionan como síntesis o detonante del sentir de los protagonistas. Ya lo explica Frank Chimero: «[la] narración es un dispositivo que usamos para dotar de sentido a las cosas que nos resultan extrañas o que están por resolverse»,3 y en la película es la poesía la que cumple esta función. Los haiku son indicios: quien deberá aflorar, capaz de comunicarse acertivamente, es Cherry. Para quien ve el filme, las alusiones que los textos construyen operan muy sensualmente, dejando percibir sólo lo necesario. No obstante, creo que, como buenos poemas, funcionan más allá de su contexto de producción —⁠y el anterior poema de Settsu no es el único⁠—.

Los haiku de la película

A continuación, presento, a modo de recopilación o rescate, otros haiku que aparecen en la película (escritos por Cherry). Sirva esta entrada como una invitación a ambas cosas: a la película y a la exploración del haiku.


青蔦の団地僕らは三〇五
aotsuta no / danchi bokura wa / san maru go

Los edificios
llenos de plantas están
en mi ciudad.4


空遠し青田の上をたゆたう日
kuuenshi / aota no ue wo / tayutau hi

Lejos del cielo,
en el verde arrozal,
el sol vacila.


夕暮れのフライングめく夏灯
yūgure no / furaingu meku / natsu tomoshi

Fulgor de noche:
un falso atardecer
en la oscuridad.


金魚鉢割れて流れるもののあり
kinkyobachi / warete nagareru / monono ari

La gran pecera
se agrietó esta vez
y fluye el agua.


電鳴や伝えるためにこそ言葉
raimei ya / utaeru tame ni / koso kotoba

Rugir con fuerza:
las palabras existen
para sacarlas.


やまざくらかくしたその葉ぼくはすき
yamazakura / kakushita sono ha / boku wa suki

Yamazakura,
me encantan las hojas
que tú escondes.5


Para finalizar, debo mencionar que las traducciones anteriores corresponden al subtitulaje de Belén Llanos. Quizá otras versiones puedan aventurarse a partir del original japonés (otras con una mejor cuenta métrica, como pudo advertirse). Como nota adicional, recientemente Netflix publicó un video sobre las translator’s notes de la película en su subtitulaje al inglés. Allí se explican algunas cuestiones idiomáticas relevantes.

  1. «Diarios de vida, diarios de viaje», en Matsuo Ba­shō, Diarios de viaje, Alberto Silva e Itō Masateru (trads.), Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2015, pp. 20-21.

  2. El haiku japonés, Fundación March, Madrid, 1972, p. 128.

  3. «Stories and voids», en The Shape of Design (traducción propia).

  4. Otra traducción, mucho más cercana, pero sin conseguir tampoco la cuenta métrica, es: «Con yedra verde, / vivimos en el complejo / trescientos cinco» (número del edificio donde vive Cherry).

  5. Yamazakura es «cerezo de montaña» (especie Prunus donarium) y se trata de una alusión a Smile. Se explica en la película: «Las hojas de yamazakura crecen antes de que el cerezo florezca, por eso a la gente con dientes de conejo se le llama Yamazakura»; pues hoja () y diente () se pronuncian igual: ha.